Mi amigo el Fauno ocupa un lugar muy discreto, en un apartado rincón de unos fabulosos jardines. Desde su lugar sólo puede ver unas pocas ninfas, cupidos, ancianos con luengas barbas, y una diosa de nombre Pomona.
Sin embargo, a poca distancia tiene lugar una carrera, a cámara lenta, en donde tritones, caballos e hipocampos pugnan por llevar a Neptuno.
Y todo para disfrute de unos reyes, aunque quien se lo diría, hoy sirven de magnífico paseo de turistas, y de algún que otro solitario.
Sin embargo, a poca distancia tiene lugar una carrera, a cámara lenta, en donde tritones, caballos e hipocampos pugnan por llevar a Neptuno.
Y todo para disfrute de unos reyes, aunque quien se lo diría, hoy sirven de magnífico paseo de turistas, y de algún que otro solitario.