Son varias las bocaminas que se sitúan en la Hoya de Huidobro. Las más accesibles están junto a la carretera que desciende al pueblo. Merece la pena pararse para observar el contraste entre el rojo y blanco de las arenas y areniscas, y aunque la mayoría de las galerías están inundadas, en alguna se pueden entrar algunos metros y ver el azul y verde de las azuritas.
Sin embargo, en el interior de la Hoya, en el término de Cueva Prieta, se puede visitar las ruinas de las instalaciones mineras y de producción de cobre que parece ser fueron abandonadas en la década de los 60.
Consultado el Madoz, nos dice que aunque ya conocidas, el criadero de mineral fue denunciado en 1841 por "la sociedad denominada la Iberia" que le dio el nombre de Mina Borrega. El acceso no es difícil, pero ya no quedan caminos que lleguen a ella y la vegetación dificulta la orientación.
La boca mina está anegada, los edificios conservan las paredes, pero no las cubiertas, sin embargo, el conjunto de las instalaciones, que está adaptado a la pendiente del terreno, permite intuir el recorrido del mineral desde que era extraido.
Sin duda ninguna, merece la pena la visita, donde la naturaleza, y en su nombre las ranas, vuelve a tomar posesión de un lugar donde los humanos empezaron a hurgar en sus entrañas, parece ser, desde algunos miles de años.
Delibes de Castro, Germán; Moreno Gallo, Miguel Á.; Del Valle González, Alejandro (2010) Dólmenes de Sedano (Burgos) y criadero cuprífero de Huidobro: una relación todavía posible. Biblioteca Prehistórica Hispana Vol XXVIIII. ARqueología, Sociedad, Territorio y Paisaje. Estudios sobre Prehistoria Reciente, Protohistoria y Transición al Mundo Romano. Pág. 35-51.